La reconquista de San Juan de Acre por parte de los musulmanes, acaecida el 18 de mayo de 1291, supuso el fin del Reino Latino de Tierra Santa. Los cristianos fueron sometidos a duras pruebas. Los franciscanos fueron expulsados de Tierra Santa y obligados a refugiarse en Chipre donde, por aquellos tiempos, se encontraba la sede del provincial. Desde la vecina isla de Chipre los franciscanos no dejaron nunca de interesarse por la Tierra Santa. Como exiliados alejados de su patria, su deseo constante fue el de encontrar la forma de vivir cerca de los Santos Lugares. Con este propósito, nunca se cedió en el intento. Los documentos históricos de la época atestiguan visitas privadas de devoción y otras visitas autorizadas por la Santa Sede para restablecer la presencia católica en los Santos Lugares.