VOCACIONES
La Formación Franciscana
El convento de San Fortunato, en Montefalco (cerca de Asís, Italia), como casa de postulantado y centro de actividades de animación vocacional
El convento de Belén (Palestina) como casa de noviciado - en este momento cerrado; los candidatos están en formación en el convento de La Verna (Toscana, Italia)
El convento de San Salvador, en Jerusalén (Israel), como casa para el post-noviciado
La Custodia tiene también otras casas de acogida para jóvenes candidatos en Washington (EE.UU.), Buenos Aires (Argentina), Ain Karem (Israel), Harissa (Líbano), Aleppo (Siria) y Ammán (Jordania), en todos los países donde los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa trabajan para los católicos.
Aspirantado
El tiempo de «aspirantado» es el período en el que el joven, tras ser acompañado en el proceso de discernimiento, decide realizar una experiencia de vida en convento. Esta experiencia es en Tierra Santa y propone poder madurar y clarificar su posible respuesta a la llamada vocacional. Este período es uno de los más ricos de la formación, pues el joven experimenta cómo el Señor nos da hermanos, al tiempo que conoce la vida franciscana en la primera misión de la Orden y aprende a interactuar con jóvenes de todo el mundo, quienes como él han sido llamados por Cristo a seguirle.
Postulantado
Este es el año de entrenamiento inicial cuando un candidato ingresa a la Orden Franciscana después de haberse sometido al discernimiento necesario para su llamada, un periodo en el que es asistido por supervisores vocacionales y en el que se ha cerciorado que está seriamente motivado a convertirse en parte de la Orden. El postulantado es el momento para aprender directamente la vida fraternal, mientras sigue siendo laico. La Custodia de la Tierra Santa tiene la casa del postulantado en e convento de San Fortunato en Montefalco, Italia. Los postulantes generalmente vienen de países y continentes diferentes, y por consiguiente se sumergen inmediatamente en esa generosidad de diferencias, cuya riqueza de compenetración humana y relaciones de hermandad ofrece un sabor de la espiritualidad y el proyecto Franciscano. Por un año el estudio, la oración, la vida comunitaria serán elementos esenciales para familiarizarse con el ideal de vida de San Francisco, esta etapa, en conclusión, ayuda al postulante a entender y formular su compromiso de vida.
Noviciado
Después de un año de postulantado, al tomar el hábito Franciscano, comienza el año de noviciado. Durante este tiempo el programa incluye desempeñar un papel intenso en la vida diaria de la hermandad en la que son admitidos. El programa de estudios incluye cursos sobre la Regla Franciscana, Fuentes, Historia y la historia de la Custodia. La lectio divina diaria, la formación en canto Gregoriano y religioso, la responsabilidad del trabajo manual en la casa, el servicio en el santuario y en el convento, y también servir a los pobres y apoyar las actividades pastorales en la parroquia incluyendo el compromiso de participación en los días de gran fiesta litúrgica de Jerusalén, así como la atención a la dimensión contemplativa que debe ser experimentada durante los días de retiro, hacen el programa de este período, el que les aproxima al proyecto de vida al que son llamados a confirmar. La casa de noviciado está en Belén.
Profesión Temporal
Al cierre de este año de noviciado, y con la aprobación de sus formadores, los novicios toman un voto religioso sencillo, en otras palabras hacen público su compromiso de vivir de acuerdo a la regla de San Francisco: obediencia, pobreza y castidad. Este compromiso se repite por cuatro años Durante este segundo periodo de formación los que han sido declarados frailes, viven en el Convento de San Salvador en Jerusalén. En esta gran hermandad, hogar de la Custodia de la Tierra Santa, atienden el seminario internacional junto con los hermanos enviados por las Provincias para una experiencia de vida y estudio. El programa de formación incluye un período de dos años de estudios filosóficos y un año para la especialización en una lengua hablada en el territorio en el que la Custodia ofrece sus servicios. Al final de estos tres años comienza el cuatrienio teológico. Todos toman parte en el proyecto de vida de la comunidad de San Salvador. Ellos ofrecen sus servicios para la celebración de la liturgia en la Basílica de la Resurrección, participan en las iniciativas culturales de la Custodia.
Profesión Solemne
Los cuatro años de profesión temporal concluyen con la profesión solemne, que hace de los novicios miembros permanentes de la Orden, con derechos y deberes totales en la Custodia. Después de la profesión solemne ellos continúan estudiando teología, pero residen en uno de los conventos en Jerusalén o las áreas vecinales, y son gradualmente guiados a tomar responsabilidad total por su formación, el cual pasa de inicial a permanente.